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  • Cuidado Buenvivir y Bienestar

FLORENCE NIGHTINGALE Y LA ENFERMERÍA COMUNITARIA

DESDE LA VISION POLITICA DE LOS CUIDADOS DEL BUEN VIVIR Y BIENESTAR

Por Silvia Cárcamo


En Boyaca, Colombia, por invitación del Enf. Esp. Martin Orlando Barrera Cobos, en ocasión de realizarse la actividad de enfermería comunitaria Desarrollo del Talento Humano en Enfermería en el Departamento de Boyacá de la Secretaria de salud de Boyacá, el 10 de junio de 2022.



 

Este encuentro se realiza en el marco del día de la enfermería, que es celebrado en todo el mundo cada 12 de mayo, aniversario del nacimiento de Florence Nightingale. Y para quienes transitamos los caminos de la enfermería comunitaria, es muy relevante señalar que cuando esta impresionante enfermera del siglo XIX inicia actividades de enfermería, lo hace con un enfoque que hoy llamamos comunitario, dado que comienza la práctica de la enfermería de la mano del pastor Fliedner (1800-1864), con un programa de formación de enfermeras que visitaban y brindaban cuidados de enfermería a domicilio. Nightingale, ratifica a lo largo de su carrera este enfoque, traducido incluso en un escrito, donde valora la higiene, la buena alimentación, la luz solar, el saneamiento, el alcantarillado, los entornos atractivos y cómodos para la prevención de la enfermedad y la buena salud. Se le atribuye a ella la definición de la enfermería para la salud y la enfermería para la enfermedad. Más allá de todo el desarrollo que hace de los cuidados durante la guerra de Crimea, y en la formación de enfermeras, trabajó también Nightingale a cargo de las enfermeras que se ocupaban de la salud de la comunidad en un dispensario local, donde también trabajaban médicos, algunos autores consideran este hecho como el precursor de la enfermería comunitaria.

Mientras aquí y ahora nos encontramos transitando un tiempo plagado de complejidades para la salud y la enfermería, dado que la pandemia del COVID-19 puso en cuestión innumerables aspectos de la vida social, entre ellos diversas prácticas y sentidos vinculados con la gestión del cuidado, principalmente del cuidado en los sistemas de salud. El rol de la enfermería cobró particular interés entre esos cuestionamientos, por ser la profesión que concentra las tareas de cuidado en el campo de la salud. Sin embargo, nuestra sociedad tiene todavía un amplio camino por recorrer para valorar la importancia de esta profesión. Si puede rescatarse algún aspecto positivo de esta pandemia, es el hecho de hacer visible la complejidad y la relevancia de este trabajo, así como denunciar fuertemente la precariedad y la desvalorización de dicha categoría profesional, tanto por parte del Estado como por parte de la sociedad.


Se están evidenciado infinidad de actividades de comunicación, dirigidas a describir de qué manera influyo esta pandemia en la vida de enfermeros y enfermeras. Una de esas actividades las he compartido con colegas de España, Colombia y Argentina. PorColombia: Dr. Juan Guillermo Rojas. Doctor en Enfermería. Profesor Titular de la Universidad de Antioquia, Vicepresidente de la Organización Colegial de Enfermería. Por España: DR. José Ramón Martínez Riera. Universidad de Alicante (España). Por Argentina: Mgter. Maria Alejandra Chervo. Prof. Titular del área de Gestión de la Escuela de Enfermería de la UNR. En ese trabajo pudimos reunir aspectos negativos y positivos comunes de este lado y del otro del Atlantico.


Aspectos negativos:

  • el trabajo aumentó,

  • se saturo el sistema en los cuidados intensivos,

  • personal con alta prevalencia de desgaste por empatía.

  • reconocimiento salarial

  • leyes que regulan el ejercicio profesional que permitieron situaciones muy desiguales,

  • en lo relativo a los equipos de protección personal, a las incertidumbres sobre su uso, se sumó la escasez y las dudas sobre la calidad de los insumos. Se observaron diferencias vinculadas al tipo de políticas públicas en cada país,

  • intervención desigual en los procesos de toma de decisiones,

  • bajas por enfermedad y fallecimiento vinculadas a la pandemia y la consiguiente contratación de nuevos profesionales, muchos sin experiencia y contributistas. En un caso con visibilización de movimiento migratorio de profesionales,

  • desigualdad en la relación con las profesiones y entre sector privado y público,

  • trabajo en escenario cambiante.

Aspectos positivos:

  • coordinación de los sistemas formadores y los servicios, tales como, intervenciones en las campañas de vacunación de los y las estudiantes de las escuelas terciarias y universitarias,

  • participación en los procesos iniciados de formación iniciales (EPP) y posterior adecuación de normas y protocolos,

  • participación en los comités de crisis formados en las instituciones. Abordaje multidisciplinar, • aumento en la visibilización de su existencia y de su quehacer tanto dentro del equipo como en la comunidad,

  • movilización y vehiculización de reclamos propios en agrupamientos nuevos o promovidos por trabajadoras/es enfermeras/os en gremios grandes que los y las nuclean, con algunas especificidades en un caso, tal como enfoque de género, enfoque en derechos, enfoque humanizado, enfoque diferencial e intercultural,

  • adaptación a la tecnología,

  • uso de las redes,

  • telemedicina,

  • acceso a contenidos on line,

  • les han marcado, generar una identidad basada más allá de los aspectos clínicos de nuestra profesión, en la integración de los aspectos sociales y culturales, buscando la conversión a un profesional de enfermería con una identidad política.

  • Llamado a asumir el liderazgo de nuevos procesos de conquista de derechos para la enfermería que redundará en beneficio de la salud de quienes cuidamos.

Indudablemente todo lo enunciado nos muestra la complejidad y la amplitud de los problemas que atravesaban y aun hoy atraviesan a las instituciones sanitarias, y con ellas, la enfermería. Por eso es relevante señalar las vinculaciones entre la Teoría de Enfermería, con la Teoría de la Complejidad, según Morin, devenida en paradigma de la ciencia. Estoy hablando de la teoría de cuidados del Buen Vivir y el Bienestar, que hemos generado con un trabajo investigativo iniciado en el año 2016 y que aun hoy continúa. Entendiendo con Breilh que la ciencia está inserta y ligada a la vida colectiva, la praxis en salud en nuestro caso.


No es ocioso remarcar que hay modelos de salud con los que la Teoría del Buen Vivir y el Bienestar no concuerda. No concuerda con una ideología sanitaria biologista, que entiende a los problemas de salud como problemas individuales, los que se alejan de la normalidad biológica, un modelo de salud que considera que la etiología y la patogenia de las enfermedades solo remiten a las causas y a la forma de respuesta médica. Comprendiendo también, que estas concepciones se potencian cuando la perspectiva de las políticas sanitarias, se establecen desde concepciones donde prevalecen los valores ligados al mercantilismo, y en ese caso el costo de la salud es un gasto y no una inversión. No acuerda además, porque esta concepciónestá vinculada con una doble circunstancia: por una parte la existencia de servicios diferenciados para distintos grupos sociales, de manera que la discusión no se realiza en torno a la cuestión de los servicios para toda la población, sino solo para aquella que se encuentra en situación menos favorecida; en segundo lugar y en estrecha relación con lo anterior, entran las consideraciones de costos, de modo que la atención primaria se diseña como forma de disminuir el gasto social para salud, aunque ello introduzca fuertes ineficiencias en el funcionamiento de todo el sistema (Testa, 1996).


Frente a estas lógicas capitalistas, existe otra lógica, la de un sistema de salud universal, solidario con el sufrimiento ajeno, que sea generoso con la fragilidad humana (Franco y Merhy 2016), con ese modelo acordamos. También con el modelo del Estado de Bienestar, que algunos/as denominaron “a la sudamericana” (a partir de los modelos europeos) refiriéndose al que defendía Ramón Carrillo en la Argentina, cuando proponía las prestaciones universales vinculándolo a la ciudadanía y no solo a las/os trabajadoras/es, y financiado con recursos públicos (Ramacciotti 2009). Acuerda con un modelo de desarrollo del bienestar y la felicidad que se relacionan positivamente con la promoción de la salud psicofísica y la prevención de conductas de riesgo. Por lo tanto, la promoción de la salud y de la calidad de vida, vista como una necesidad sociopolítica de primer orden y un objetivo fundamental interesado en el bienestar de sus ciudadanos. (Grupo de Modelos y Teorías de Cuidados de Enfermería, 2019).


La Teoría de Cuidados del Buen Vivir y Bienestar también acuerda con lo que fue conceptualizado por diversos autores, como la experiencia socio ambiental de los pueblos indígenas andinos y amazónicos, asentada en las prácticas que encaran otros modos de comprender y de configurar la relación del ser humano con la naturaleza, no para convertirlo en un nuevo modelo universal, ni un simple reemplazo instrumental del concepto de desarrollo, sino un referente para imaginar la posibilidad de construir otros mundos. Buen Vivir como una forma de vida en armonía con uno mismo, con la sociedad y con la naturaleza (Hidalgo Capitán y Cubillo Guevara, 2015). El concepto del Buen Vivir, asimismo, se confronta haciendo una analogía con la noción del bien común de la humanidad, y se consideran otras orientaciones que retoman otros conceptos de pueblos indígenas, de mujeres indígenas, y experiencias de la minería a cielo abierto que devasta la tierra habitada (Grupo de Modelos y Teorías de Cuidados de Enfermería, 2019). Y en ese mismo sentido, acuerda con un modelo de salud que considere el medio ambiente como contexto y circunstancias, dentro de un territorio, donde están incluidos los sujetos y de la cuál son parte constitutiva. Manteniendo una relación parte-todo, que se apoya en los dos conceptos componentes de la Teoría de Cuidados del Buen Vivir y Bienestar, dicho en otras palabras, para analizar la salud, no es posible pensar el ambiente solo como geografía y sus condiciones ecológicas, solo como un reservorio estático de factores climáticos, contaminantes, vectores de trasmisión infecciosa, etc., sino como un espacio que se estructura históricamente, y donde quedan expresados los efectos beneficiosos y perjudiciales de la organización social, y donde el entorno natural es un mediador necesario en la transformación de las condiciones sociales para favorecer la salud o para prevenir la enfermedad (Breilh, 2003).


Siguiendo a Breilh (2003) que cita a Borón (2002) acordamos la importancia de resaltar la búsqueda de emancipación y las conquistas sociales, como estrategia política de los oprimidos, para alcanzar la salud pública como sujeto organizado a partir de trabajar con las contradicciones surgidas de las situaciones impuestas.


Un referente importante del sanitarismo argentino, Floreal Ferrara, como si fuera hoy, plantea en 1993 que

“puede aceptarse didácticamente que se diga que atravesamos la crisis más grave del país. En realidad, se trata del derrumbe del sistema. No hay posibilidad de articular las diferencias. Esto implica la pérdida del sentido nacional y la consiguiente destrucción de los objetivos comunes de los integrantes mayoritarios de la comunidad” (p. 260).

Toda la propuesta de Ferrara (1993) apunta a construir una política en salud que tienda a la revolución con límites nacionales, que se aleje de toda dependencia colonial y con plena participación del Estado, y en ese sentido se apoya en la perspectiva de bienestar, el bienestar que desde la salud se consigue con el legítimo ejercicio del poder popular y donde los/as trabajadores/as tienen una responsabilidad que potencialmente puede evitar que sucumba su trabajo, que aumente la desocupación y el destrozo de las instituciones de salud. El proyecto común que propone Ferrara, debe hacerse con un encuadre teórico preciso. Subrayamos esa idea ya que la propuesta metodológica que hacemos, para el trabajo en la transformación desde la micropolítica en las instituciones de salud, estará iluminada con una mirada teórica, la de Cuidados del Buen Vivir y Bienestar.


Otro aspecto a tener en cuenta para pensar la micropolítica, es el de “determinante” que está vinculado al análisis sobre la configuración de la subjetividad social. En salud está muy difundido el concepto de determinante, aplicado frecuentemente a determinantes sociales y que la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) también subraya. Reconociendo que la noción de determinación social de la salud, es una idea de ruptura que surge del pensamiento crítico del movimiento latinoamericano de medicina social, ahora conocido como salud colectiva (Breilh., 2013). Nos interesa la perspectiva que se desprende de la teoría de la complejidad y que Breilh (2004) también plantea, implicando que entre lo macro y lo micro existen dos movimientos simultáneos y opuestos, relación que va de lo general a lo singular y otro de lo singular a lo general. Esto es, de lo macro a lo micro, que es el caso de los determinantes sociales, por ejemplo; y de lo micro a lo macro, movimiento vinculado a la autonomía relativa que otorga la capacidad de influir desde lo particular en lo general, según el pensamiento de Morin y de Breilh. Siguiendo esta última idea, la epidemiología crítica propuesta por Breilh, dispone conceptos y prácticas al servicio de los “sin poder”, en busca del empoderamiento de estos sub alternos y explotados, para lograr acceso al bienestar y libertad plenos, como acto político y epistemológico. Desde la Teoría de Cuidados del Buen Vivir y Bienestar llamamos a los “determinantes”, también “condicionantes”, debido a que reconocemos la otra relación que parte de lo singular, a lo general, y que se apoya, como dijimos antes, en la autonomía relativa de lo singular, que Breilh promueve. En síntesis, no podemos pensar la relación de lo general con lo particular, solo como determinante, sino también, relativizándola, como condicionante. Condiciona en la medida que influye, aunque no lo determina, si lo particular tiene, por lo menos en términos de ciencias sociales, la capacidad de cierto “autogobierno”, capacidad a la que apelamos en esta propuesta.


Si unimos todos los aspectos de la subjetividad, con el concepto de determinante- condicionante-autogobierno, aparece la idea del sujeto corresponsable que se piensa desde el Estado, de quienes cuidan desde el Estado; y por otro lado, el sujeto de deseo que se piensa desde la carencia y necesidad, que son los sujetos de cuidado; ambos sujetos, cuidadores y cuidados entonces, se funden en un escenario político que anima la tensión hacia el otro, en un marco de igualdad jurídica, desde una filosofía de la inclusión. Escenario político, micropolítico en este caso, más dinámico, solidario y creativo. De este modo, la noción de bienestar y cuidado deja definitivamente de ser limitable a una noción unidireccional de servicio, incluso sacrificio individual, para elevarse a la noción de construcción de lazos de salud como sinónimo de construcción de lazos de comunidad.


En el juramento Nightingale se expresa: “Dedicaré mi vida al bienestar de las personas confiadas a mi cuidado”, aparece naturalmente en la conformación contemporánea del campo profesional que, no casualmente, convoco a la edición de un libro, denominado “Cuidados del buen vivir y bienestar desde las epistemologías del sur, conceptos, métodos y casos.”. Bienestar aparece ahora entonces interconectado con movimientos y planteos de otros tantos de América Latina, y converge en la misma dirección: recuperar raíces identitarias ancestrales, comunicarlas y alimentarlas con otras vertientes de diverso origen sin quedar en el mero eclecticismo, considerar que la felicidad individual, grupal y colectiva son inescindibles, que una no puede subsumirse en otra, y a su vez, que ellas no pueden realizarse en plenitud sin una armonía plena entre vida propia y habitat, recuperando el concepto de Madre Tierra como categoría integral.


Este tipo de producción teórica adquiere potencia en la medida que las praxis sociales las sostienen y extienden. Así la Teoría del Cuidado expande su visibilidad y conforma agendas cuando, todo un campo profesional, pero también todo un proceso de reformulación de relaciones de poder entre géneros, activan su validez y multiplican sus conexiones; por ello entendemos que la teoría del Buen Vivir y Bienestar pasa de texto a comunidad viva, en el marco de amplios procesos de transformación política en la América Latina del siglo XXI.





Bibliografía


· Cárcamo, S. (2021). Cuidados del Buen Vivir y el Bienestar desde las epistemologías del sur. Conceptos, métodos y casos. Buenos Aires: FEDUN. https://cuidadoybuenvivir.wixsite.com/misitio


Taller Internacional de Salud y Trabajo (virtual- lunes 25 de octubre de 2021). Enfermería “Cuidado de Quienes Cuidan en Pandemia”. Ciudad de Buenos Aires- Argentina: Red Universitaria Iberoamericana de Investigación y Promoción de la Seguridad y Salud Laboral.






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